sábado, 13 de diciembre de 2008

Inseguridad

En el debate sobre la inseguridad surge la siguiente hipótesis: “nosotros, menos ellos, seríamos felices”
Así como nos enseñaron en la escuela, la información entre comas es un agregado. “menos ellos” se podría quitar de la oración, y ésta no perdería sentido gramatical. “Nosotros seríamos felices”, se puede leer como una expresión de deseo. Referida a mí y a los que considero pertenecen a nosotros. Sin embargo, esta expresión de deseo esconde una diferencia. Alguien o algunos no son nosotros, son ellos. Es decir, la grandiosa actitud humana de desear felicidad esconde una exclusión. Ellos están afuera y, por lo tanto, no se les desea nada.
Pero volvamos a la información que puede ser descartada: “menos ellos”. ¿Por qué se hace necesario agregar esta información? La respuesta más sencilla es porque, desde el principio, comenzamos hablando de nosotros y no de todos. Además, el concepto “menos” puede entenderse de varias formas. Las más populares son: quitar o suprimir. Entonces hagamos un repaso…
“Nosotros (es decir, no todos), menos ellos (es decir, si quitamos o suprimimos a alguno o algunos), seríamos felices.
Por eso deje de soplar las velitas en mi cumpleaños, no sea cosa de que mi deseo esconda algo medio jodido.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Llamado a la solidaridad

Se solicitan con suma urgencia, datos sobre las personas que se hacen llamar creativos publicitarios y que son los responsables de las nuevas publicidades de conocida empresa de cerveza que dice tener la fórmula para generar el sabor del encuentro. Se los busca para preguntarles si se creen realmente creativos al cambiar las letras de algunas canciones bastante malas pero aún así conocidas por todos, para promocionar su producto y algunas ciudades de la costa atlántica argentina, considerando, imagino, una idea innovadora y revolucionaria, pero que por lo menos para quien escribe, serían éstas las peores publicidades del año. A los que acerquen datos se los beneficiará con la oportunidad de ser los primeros en arrojarles piedras a éstos farzantes de la publicidad, evento público que se llevará a cabo en el obelisco después del mencionado interrogatorio, sin importar las respuestas que en el mismo se obtengan.
(...)
Más allá de cualquier chiste posible, lo que sucede tiene una explicación y podríamos detenernos a pensar en ello aunque sea por un momento. El hecho de que existan éstas publicidades en los medios habla de nosotros mismos como sociedad. Habla de nuestro nivel cultural y de nuestra mediocridad. Si las empresas creen que con publicidades como éstas nos inducen a consumir tanto una cerveza "x" como ir a ciertos lugares de la costa, "creando" productos de tan baja calidad, apelando a la superficialidad, con letras que no dicen nada y con intepretaciones musicales de bajo nivel, es porque el problema es de 'nosotros' y no de 'ellos'. Es momento de empezar a hacerse cargo de lo que tenemos.
Muchas veces se dice que lo que se tiene es lo que se merece.
Podríamos discutir si es ésto lo que merecemos.
Lo que no podemos discutir es lo que tenemos.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Historia ontológica

Existe una discusión realmente importante desde hace mucho tiempo. Grandes pensadores han querido, y pretendido, encontrar la diferencia entre la humanidad y el resto de los seres vivos. La característica que nos hace únicos fue variando con el paso de los años. Por ejemplo, y para no extendernos demasiado, los griegos tan dados a pensar y reflexionar decían que la diferencia estaba en que los hombres razonan. Es decir, el más estúpido de todos podía razonar mejor que el más inteligente de los monos.En la edad media, sin embargo, la visión sobre nosotros mismos cambió. A partir de ese momento lo importante es la fé. Si bien la razón es imprescindible para conocer a Dios, nada tiene "razón" de ser sin fé. Los hombres se veían profundos religiosos, y actuaban en consecuencia (nótese que no hablamos de mujeres aún, ya que la diferencia entre ésta y un mueble todavía no estaba claro). El paso de una edad a otra dejó sus consecuencias:
1- Se reconoce la estupidez humana como importante. El peor idiota y el mono más perspicaz no se distinguen demasiado si el primero no lleva crucifijo.
2- Se reconoce lo trascendental de la fé humana. Es decir, puede abrir las aguas, llenar de amor éste mundo violento y, además, puede mover montañas, o por lo menos, entender que si ésta no viene habrá que acercarse. Así llegamos a la actualidad, mejor dicho a la modernidad. Y aquí la cosa se hace más difícil, porque el mundo se ensancha. En sentido literal, todo el mundo tiene voz y voto para decidir sobre la característica fundamental. Más aún, debemos sumar una nueva variable a la hora de analizar a la humanidad, la mujer machista (de la cual hablaremos en otro texto).El mundo actual es tecnológico, dependemos de ella para lograr ensanchar al mundo. Sin embargo, no es sólo una necesidad, puede formar parte de la solución. Pero para eso, debemos saber cuál es la tecnología más importante y representativa. Recordemos que ahora somos 6.000 millones (poco más, poco menos), por éste motivo utilizaremos el método estadístico. Según muestra un estudio propio[1], la mayoría de nosotros dejaría de lado el aire acondicionado, el baño moderno y hasta el celular, si tiene que elegir entre éstos y su televisor. Entonces, encontramos el vínculo humano mas moderno y desarrollado (es decir, perfecto). Cualquiera puede entender, luego de pasar 15 días frente al televisor sin hacer otra cosa, cuál es la diferencia. Nosotros sabemos distinguir entre lo lindo y lo feo, en cambio para los animales todos los burros son corceles. Pero pasamos por alto algo importante. Los griegos y los hombres de la edad media no se diferencian entre ellos sólo por la cantidad de años que los separa. Comprobamos que en el medioevo no se abandona la particularidad griega, sino que se prioriza otra cualidad. Si fuera una competencia, el primer puesto sería para la fé y el segundo para la razón. Ahora veamos las consecuencias que trae éste nuevo cambio de era. Comencemos por la primer característica: la razón. Según vemos en algunos fragmentos de libros antiguos, la razón era algo que se practicaba constantemente (de ahí la profundidad de sus relatos). Los religiosos del medio evo descubrieron que la estupidez podía ser una variable a tener en cuenta y así lo muestran muchos de los libros que nos han legado. Por lo tanto, ubicaron a la fé como piedra fundamental en la constitución humana. En cambio, los científicos actuales han llegado a un nuevo acuerdo. La estupidez humana es una variable más importante de lo que se pensaba. Por lo menos, así lo demuestran los libros y periódicos modernos.

Conclusión:

Nosotros comprendemos que la razón es fundamental para conocer al hombre y a la mujer machista, sin embargo, la religión constituye un aspecto importante de ellos. Deberíamos priorizar un nuevo aspecto, más moderno y representativo: lo lindo y lo feo. Ahora sabemos que lo lindo es bueno y lo feo es malo. Por tal motivo, continuamos con la escala moral del medioevo y la razón es quien nos permite discernir entre éstos dos polos. Además descubrimos, junto al artefacto tecnológico elegido, que para ser y pertenecer es imprescindible cierta belleza corporal. Ser feo equivale a ser un actor cómico o un villano de novela. Para lograr ser un héroe y actuar con justicia es necesario ser lindo. De aquí se desprende nuestra concepción profundamente moral y racional, junto al nuevo componente. Sin embargo, a las futuras generaciones les queda algo por resolver: la diferencia entre la humanidad televisada y una planta.


[1] Como cualquier estadística actual, se resuelve por medio de un muestreo reducido y luego se amplifica a partir de cálculos matemáticos. En éste caso, debido a que necesitábamos representar a toda la humanidad decidimos extender el número de participantes del primer muestreo. En total fueron consultados 30 amigos.