Algunos de ustedes saben que estas palabras corresponden al programa de El Gran Pez. Como siempre, recomendamos ser precavido y reflexivo, sin embargo, ante la duda, mejor pagar y después ver qué onda. Entonces, sean bienvenidos a esta unión surgida por puros intereses comerciales.
El Gran Pez comparte la idea de que Dios es una mujer. Más aún, los conflictos sucesivos de la humanidad no son más que la consecuencia, inevitable, de la comunicación entre una Diosa y un mundo gobernado por hombres. Por lo menos la mayor parte de la historia transcurrió bajo la órbita de esta relación karmática. De todas maneras, y consecuentes con la realidad, debemos aceptar algunos cuestionamientos ineludibles.
En primer lugar, todavía persisten las guerras, hambrunas y genocidios característicos de una época dirigida por los hombres. Cuando todos esperábamos que el mundo con mayor presencia femenina fuera más habitable, nos encontramos con lo mismo pero un poco más gay. Sin embargo, ahora sabemos que las expectativas eran muchas. Debemos esperar a la próxima generación de mujeres porque las de hoy se educaron bajo el reinado del hombre. Por este motivo, a veces da la sensación que el feminismo se reduce sólo a mostrar el culo.
En segundo lugar, otros afirman que si Dios es mujer estamos expuestos a sufrir toda clase de cinismos e histeria, por lo menos, unos días al mes. Lo cual, traducido, significaría: desastres naturales, aviones que se caen, etc. No lo creemos, como tampoco confiamos en aquellos que levantan falsos miedos al gritar que el Diablo tendría una estrategia realmente sencilla para hacer de las suyas. Le alcanzaría con darle a la Diosa un chicle y un rompecabezas de 15 piezas para dejarla con la mente en blanco durante las próximas 3 o 4 eras geológicas. Conscientes de los peligros que implican todos los cambios, y éste en particular, apoyamos decididamente la idea de un Dios con tetas.
Otro tema, la apertura de hoy trata sobre el placer. El autor prefiere no hablar sobre ello porque el término pertenece al selecto club de palabras con connotación puramente negativa. A su entender, cuando alguien utiliza conceptos tales como “placer” o “éxito” no merece su confianza. Quizás tenga razón o le falten años de terapia.
