viernes, 8 de mayo de 2009

Hay que besarse más... Mientras se pueda!

La repetición de las noticias consiguen o que nos volvamos paranoicos (de más está decir que me refiero a las malas noticias, o por lo menos a las que nos alarman, que son la mayoría) o que nos cansemos y empecemos a pensar en otra cosa. La mayor parte de las veces me pasa lo último. Y lo que me pasó con lo que en un principio iba a ser una pandemia, ahora son algunos enfermos en algunos países, y dentro de unos días será una noticia más que pase al olvido (o al menos eso espero, más allá de todo) me dió que pensar otras cosas. En realidad, a imaginar un mundo regido por las leyes que por precaución cada uno de nosotros debería adoptar para disminuir, en teoría, el riesgo de contagio. Pero lo que proponía esta nueva cepa de gripe no es algo a lo que estemos acostumbrados. Y aunque lo que digo parezca lógico, no lo es. Porque muchas de las enfermedades que nos 'amenazan' (?) cada tanto, el dengue por ejemplo, tiene como medidas de precaución ciertas cosas que ya hemos hecho antes, o bien para prevenir otras enfermedades, o para cuidarnos de una simple picadura de mosquitos. Pero la gripe, discriminatoriamente llamada porcina, proponía, en un primer momento, una serie de cosas que cambiarían rotundamente el modo de vida de todos nosotros, y sobre todo, el modo de relacionarnos.
Sin ahondar en todas las demás medidas de precaución, quiero reparar sólo en la que se despachaba con algo que para nosotros sería algo casi peor que la enfermedad: imaginen su vida sin tener contacto piel con piel con otras personas... Para aquellos que mantienen sus parejas sólo por rutina, costumbre, cariño (horrible palabra para definir el sentimiento que nos une a la persona que elegimos como pareja) sería la excusa perfecta, pero sin pensar en las parejas, o en lazos afectivos como tales, ¿cómo sería no saludar a alguien aunque sea extendiéndole la mano, obviamente en contacto directo con la mano del otro? Desde ya que el no contacto físico trae aparejado el hecho de no poder compartir otras cosas quizás más rutinarias, las cuales pasan absolutamente desapercibidas en la vorágine diaria. No podríamos darle algo que haya sido tocado por nosotros a otra persona, deberíamos usar guantes todo el tiempo, lo cual nos permitiría usar el mismo teclado de una computadora pero no un mismo teléfono por ejemplo. Entonces deberíamos usar barbijo pero ni hablar de compartir un mate, un vaso o lo que sea. Las mujeres no podrían intercambiar ropa, ningún fumador podría compartir su cigarrillo, nuestras manos estarían casi siempre limpias, literalmente hablando. Sería muy difícil tocar la guitarra o atarse los cordones, poner la llave en la cerradura o prender un fósforo (usamos guantes).
Pero todo eso sería lo de menos.
Si notáramos que alguien a quien queremos está mal, no podríamos abrazarlo. O sí, pero con 2 capas de ropa tan gruesas de por medio (una propia, otra ajena) que transformaría esa acción en algo absolutamente frío. Las caricias tendrían gusto a látex o a cuero (en el mejor de los casos), pero por sobre todas las cosas, no podríamos besar... Qué sería de la vida de cada uno de nosotros sin los besos... Ya no importa en qué lugar, si en la mejilla, si en el cuello, si en la boca... Donde sea.
¿Qué sería de nosotros sin los besos? ¿Qué cosa, acción o gesto podría ocupar ese lugar? ¿Cuánto más impotentes nos volveríamos, en un principio, y cuán insensibles después? ¿Cómo se saludaría la gente que no se ve desde hace mucho tiempo? ¿Cuál sería la nueva forma de demostrar amor hacia los demás? La palabra cobraría más importancia, el contacto visual... ¿Pero podemos imaginar que esas cosas reemplacen a los besos?
No lo sé. Son preguntas que por ahora no tienen respuesta y espero no encontrarlas. Porque eso significaría que estaríamos viviendo nuestra vida envueltos en un traje de astronauta, sin caricias, sin abrazos, y por supuesto, sin besos...

miércoles, 6 de mayo de 2009

Kind of Blue - Miles Davis


Para muchos, el ÚNICO error de este disco, fue la tapa.

Disfruten!

Groucho y Cosby




Groucho Marx fue un actor, comediante y escritor nacido en Estados Unidos en 1890. Primero fue conocido por formar parte de la familia cómica Hermanos Marx, pero luego del éxito conseguido entre todos en el teatro y en el cine, fue el que más se destacó de los tres en su carrera solista, tanto en la radio y en la tele como en la pantalla grande, aunque sobre todo por su capacidad como escritor y gracias a su programa televisivo 'You Bet Your Life' (Apueste su vida).
A modo de homenaje y aprovechando la época en la que vivimos y coincidiendo con que esta semana arrancó el programa cómico más importante del país , está bueno poner al alcance de ustedes cierto humor que ya no existe, pero que merece estar presente aunque sea en lugares como este.