viernes, 13 de marzo de 2009

S.R.L. (Sociedad de Responsabilidad Limitada)

Existe una definición sobre la realidad que la caracteriza como inconmensurable. Es decir, nadie puede abrigar con su pensamiento la totalidad de los sucesos, menos aún explicarlos. Se me ocurren dos ideas para respaldar dicha sentencia: 1º No todo lo que sucede resulta imprescindible para un análisis de la realidad. 2º No todo lo que sucede está atado a una relación causa y efecto, lo cual supondría mayores dificultades. Además, debemos recordar algunos problemas que trae una actitud contraria a esta idea. Por ejemplo, pretender explicar todo nos llevaría desesperadamente a intentar resumir cualquier problema a uno solo, básico o estructural. De lo contrario, imaginen la dificultad. Sin embargo, aceptar la sentencia sin más también acarrea problemas metodológicos. ¿Qué es real y qué no? Algunos ejemplos para graficar esta situación: ¿Qué influencia tuvieron los duendes que habitan justo donde termina un arco iris en la actual crisis económica? O bien, ¿Cuánto del pensamiento de la edad media tienen las reflexiones de Susana Giménez, sabiendo que no es una especialista en derecho feudal o monárquico? Podemos asegurar que la respuesta tendrá, inevitablemente, el tinte ideológico de quien intenta analizar dichos problemas. Por lo tanto, en las siguientes líneas, nos detendremos en sólo algunos aspectos de la realidad, conociendo de antemano que cualquiera podría desestimarlos por no incluir hadas, duendes, economistas o filósofos contemporáneos. Como dijimos antes, dichos aspectos no necesariamente deben unirse en algún punto, ni siquiera referirse al mismo problema. Es decir, cualquier similitud es pura coincidencia.
La educación: Pilar fundamental para el desarrollo de cualquier persona y, obviamente, de cualquier país. Así lo demuestran los intensos debates sobre metodología, programas y recursos materiales para profesores y establecimientos educativos que escuchamos diariamente. Sin embargo, en amplias regiones del país no existen test de inteligencia que sirvan para evaluar a los alumnos de primaria porque no alcanzan a cumplir con mínimos requisitos cognitivos (Ej.: poder de abstracción para cálculos matemáticos). La creencia de que la humanidad se divide en razas parece, por fin, encontrar fundamentos sólidos para su ideología. Los chicos que sufrieron desnutrición infantil no se recuperan del escaso desarrollo neuronal. Aún cuando recibieran posibilidades de trabajo, su desarrollo personal (medido en términos actuales) se ve afectado de por vida.
Trabajo: La mayoría de nosotros pasa más tiempo en el ámbito laboral que en cualquier otro. El trabajo, además de ser una fuente de ingreso, es una relación social en la cual el individuo adquiere parte de su identidad. Hace más de un siglo que muchos autores han caracterizado al horario laboral como un recreo para el desarrollo personal, la ética y/o moral. Aún más, en la actualidad los empleados están bajo la presión de poseer iniciativa, buena presencia, prestarse a trabajar en grupo sin dejar de ser competitivos entre sí, dedicación a tiempo completo y con fechas topes imposibles de alcanzar. Las consecuencias más comunes son: alcoholismo, drogadicción, depresión, ataques de pánico, frustración, etc. Que, a su vez, la psicología (laboral o no) intenta resolver a través del propio sujeto sin discutir las condiciones sociales o políticas que intervienen en dichos trastornos.
Derechos y deberes: cualquier sistema político y social se basa en estos supuestos. Aún cuando no existieran de ningún modo, los ciudadanos o súbditos deben saber y comprender sus derechos y obligaciones. Nuestro país es democrático, sin embargo, las obligaciones no se conocen y los derechos se utilizan para justificar la ausencia de ellos en nuestros actos. Por ejemplo, los derechos humanos son ignorados (literalmente) cuando benefician nuestra condición de clase y pertenencia al selecto club de la ciudadanía, pero cuando se intenta disciplinar a grupos sociales excluídos por medio de la coerción se los olvida porque los “otros” lo olvidaron primero.
Pedimos disculpas a todos los que se sintieron defraudados por estas líneas, diversos temas han sido ignorados o directamente suprimidos. Entre ellos podemos citar: cuán veloz funciona el metro en Cuba, cuántos granos de arena entran en una idea que surja de la farándula, etc. Pero esto se debe a no caer en el error de querer explicar todo lo que sucede, más aún cuando tenemos el 95% de probabilidad de que la causa que une a todos los problemas sea, simplemente, la falta de criterio y/o la estupidez.

martes, 10 de marzo de 2009

Dualidad

Hablando sobre el tema de la inseguridad, pero sobre todo del ítem que se desprendió de éste, podríamos intentar hacer el ejercicio de sincerarnos y decir realmente lo que nos generan algunos hechos concretos que suceden dentro de nuestra sociedad.
Cuando, por ejemplo, nos enteramos que una niña fue violada, que asesinan a sangre fría a una persona totalemente inocente, o que hay gente que se muere de hambre mientras vemos que otros se llenan los bolsillos con nuestro dinero frente a nuestros propios ojos, la verdad es que lo primero que deseamos no es que el culpable tenga un juicio justo y que pague en la cárcel por el error que cometió. Y es normal que así suceda.
En un principio, reaccionamos inmediatamente desde la inconsciencia, y lo que nos genera algún hecho como los mencionados es el deseo de que se pague con algo más que con los años en la cárcel que le corresponda al autor del delito. 'Pensamos' de la manera más instintiva, despojados de todo prejuicio moral, y en ese momento creemos que nosotros mismos haríamos justicia si nos uniera algún lazo afectivo con víctima, y que lo mínimo que haríamos sería pagarle con la misma moneda al agresor, o inclusive castigarlo con algo aún peor. En ese primer momento creemos que un violador no merece vivir, o quien mata a un anciano por robarle una moneda tampoco, y que nada tiene solución y que todo es una mierda, como si cada uno de nosotros tuviese el suficiente criterio como para juzgar a la realidad, pero sobre todo, como si alguno de nosotros estuviera habilitado y capacitado, si es que ésto fuera posible, como para decidir si una persona vive o muere, sin darnos cuenta que nos ponemos en el mismo lugar que el asesino al intentar hacernos cargo de su muerte, dejando sin valor a la vida, como él lo hizo al momento de cometer su acto.
Cuando nos ponemos un poco más racionales y podemos tener un cierto control sobre nuestras emociones y analizar las cosas más fríamente, es que nos damos cuenta que no podemos ser los que decidimos sobre la vida y la muerte de los demás. Sale a la luz ahora nuestro precepto moral y sabemos que matar a alguien está mal, que podemos equivocarnos, y nos mantenemos en nuestros cabales porque lo que está bien es no agredir a nadie, aunque internamente existan sentimientos encontrados. Reaccionamos desde nuestra inconsciencia y sentimos desde nuestras vísceras, pero el intelecto se encarga de modificar esa primera reacción y ese sentimiento para terminar demostrando hacia afuera que tenemos una actitud más humanista con respecto a éstos y otros actos.Hablar de la inseguridad y de lo que nos genera es complicado, sobre todo por la intolerancia que existe alrededor de temas tan escabrosos como éste. Es difícil reconocerse en sentimientos 'fachos', en general por la historia inmediata que nos precede, pero ellos forman parte de nuestras miserias también. Y es por eso que viendo los hechos desde afuera, nos creemos del lado de los derechos más humanos, y podemos decir casi sin dudar que la pena de muerte no resuelve nada (de hecho en los lugares donde se aplica no ha bajando el nivel de inseguridad, y sobre todo, no vuelve el tiempo atrás y nos regresa la vida que teníamos antes de sufrir algún hecho lamentable). Pero sí dudamos cuando nos preguntan qué haríamos si algún ser querido sufre alguna violación, un asesinato o algo por el estilo. Porque el límite no está tan claro cuando los sentimentos entran a formar parte del pensamiento. Y el hecho de no creer en la justicia, o de creerla por lo menos lenta, hace que en ocasiones ocupemos el rol de jueces, aunque no nos corresponda y aunque no sea la mejor opción.
Hoy puedo decir desde mi lugar que no soy partidario de la pena de muerte, porque donde sea el hombre el encargado de actuar y decidir, es muy probable que existan errores.
Pero también puedo decir que se necesita algo más que reconocer un problema para poder resolverlo.

domingo, 8 de marzo de 2009

Día Internacional de la Mujer

Todavía hoy está en duda que conmemoremos el día Internacional de la Mujer por una huelga realizada por un grupo de obreras en el año 1857. A principios de siglo pasado, las mujeres socialistas de Estados Unidos y de varios países europeos se reunían en asambleas y reclamaban por el derecho de votar y ocupar cargos públicos, derecho al trabajo, al estudio universitario y a la no discriminación laboral. Aunque en los años inmediatamente siguientes no se consiguió declarar cada una de éstos reclamos como derechos propios de la mujer, al menos se hicieron escuchar por todos, e hicieron notar en todas las mujeres, socialistas o no, anarquistas o no, la desigualdad existente entre ellas y el sexo opuesto. En el año 1917, las millones de muertes que la primera guerra mundial estaba dejando fueron las que hicieran movilizar nuevamente a las mujeres, ésta vez rusas, pidiendo por 'Paz y Pan'. Fue un 8 de marzo.
Quizá todos éstos datos poco importen en la actualidad, pero sí es adecuado el reconocimiento a aquellas mujeres que lucharon para lograr la igualdad de géneros. Si lo lograron o no es otro tema. No sé cómo se sentirá cada una de las mujeres en particular, pero desde mi punto de vista todavía hoy se hacen algunas diferencias, en el ámbito laboral, en la toma de decisiones, o en algunos conceptos prehistóricos y machistas con respecto a distintas situaciones de la vida cotidiana.
Es cierto que las sociedades del mundo, en su mayoría, son machistas, y cuando se habla de machismo no hablamos sólo del hombre, sino de hombres y mujeres que tienen éste concepto adoptado como propio. Es lógico que ésto suceda porque históricamente fué así, y así fué aceptado, por lo tanto cambiar algo que viene tan profundamente arraigado es complejo, o por lo menos es un proceso que dura muchísimos años.
Es interesante igual hacer diferencias con respecto a ciertas cosas. La mujeres pidieron, y piden, igualdad en todos los ámbitos de la vida. Hoy (no todas ni en todos los países) votan, estudian, trabajan, ocupan cargos públicos, son empresarias, presidentas de algunas naciones, diputadas, abogadas, músicos, arquitectas, ingenieras, jugadoras de fútbol, etc. Queda claro aquí que con el paso del tiempo, y con justicia, han ido ganando terreno en los planos en los que el hombre históricamente ha sido protagonista. Y más allá de que falte terreno por ganar, la mujer es tenida mucho más en cuenta que hace algunos años. Ahora, podemos encontrar también algunas contradicciones con respecto a todo lo anteriormente mencionado. Muchas mujeres piden la igualdad absoluta con el hombre, pero otras piden sólo las convenientes. Podríamos decir, una igualdad 'con privilegios'. Lo cual ya no sería igualdad. Y aprovechan para sacar a relucir su condición de ser el sexo más débil, de ser mucho más sensibles, exponen toda su fragilidad y es así como abusan de ciertas cosas. Lo cual a ciertos hombres les cabe a la perfección dado que, como no terminan de aceptar las igualdades, el hecho de notar ciertas diferencias ayuda a su negación. Y es verdad que existen ciertos fundamentalistas de la equidad, los de la vereda opuesta, que creen que la igualdad de derechos hace que inmediatamente la caballerosidad desaparezca, es decir, sólo son caballeros si aún existen diferencias. Por ende, algunas diferencias son complejas a pesar de parecer mínimas, sobre todo porque el hombre y la mujer tiene que ponerse de acuerdo, cosas que resulta, en un principio, un tanto complicado.
Hablando un poco más seriamente, y más allá de los/las machistas, de los/las que buscan igualdad a medias, de las que no son aceptadas por creerse iguales al hombre en sus derechos, es importante que se celebre el día de la mujer. Para algunas puede significar un poco machista e inclusive discriminatorio, por seguir haciendo una diferencia dado que el Día Internacional del Hombre no existe. Pero creo que debido a la historia, que recordemos el día de la mujer significa algo, y es importante tenerlo presente.
Muchas mujeres no celebran éste día, sino que lo utilizan para seguir reclamando ciertos derechos que creen deben ser propios.
Tal vez cuando el 8 de marzo ya no sea una fecha para reclamar o festejar, sino una fecha más dentro de nuestro calendario, sea porque las mujeres tienen el lugar que merecen dentro de la sociedad.

(A las madres, hermanas, abuelas, novias, esposas, amigas, amantes...)

A todas:
Felíz Día!